Marevivo, Oceana y la Guardia Costera italiana juntas para luchar contra las redes ilegales “spadare”

En el Día Mundial de los Océanos las tres organizaciones se unen para poner fin al uso ilegal de las redes de deriva, prohibidas por la Unión Europea desde 2002.

Press Release Date: agosto 19, 2013

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El uso de las redes de deriva ilegales, más conocidas con el nombre de spadare, prohibido por la Unión Europea desde el año 2002, se ha convertido en un fenómeno muy difundido. En las primeras semanas de la temporada de pesca del pez espada, los Guardacostas italianos han decomisado más de 140 Km. de redes ilegales, que se añaden a los  800 Km. decomisados en el año 2005.

En señal de apoyo al trabajo llevado a cabo por la Guardia Costera, las organizaciones ambientalistas Marevivo y Oceana han puesto a disposición de las autoridades de control su propia red de expertos y activistas a nivel local, sin olvidar los avisos lanzados por la embarcación Ranger de Oceana que está patrullando las aguas italianas con el objeto de documentar dichas prácticas ilegales.

El año pasado Oceana ya surcó el mar Tirreno, realizando una campaña que tenía como objetivo denunciar la reaparición de las spadare en los mares italianos. Entonces se pudo comprobar que 37 pesqueros contaban con redes ilegales: 18 de ellos habían recibido subvenciones por parte del Estado o de la UE, destinadas en principio a la reconversión de las spadare. Los datos recogidos fueron transmitidos a la Comisión, el Parlamento y la Oficina Europea de lucha contra el Fraude (OLAF). En esa misma oficina se denunciaron las faltas de las normas italianas, además de la falta de sanciones eficaces a la hora de solucionar el problema de manera definitiva.

Marevivo lleva más de 15 años promoviendo campañas de sensibilización en toda la cuenca del Mediterráneo, para que la opinión pública conozca la tragedia vinculada al uso de las redes ilegales.

Las spadare constituyen barreras, que pueden alcanzar los 20 kilómetros, capaces de crear el “efecto muro” y capturar todo lo que acaba en ellas: además de la especie objetivo como el pez espada y el atún, también delfines, cachalotes, tortugas y tiburones. Entre 1971 y 2003 más de 230 cachalotes han sido víctimas de las redes de deriva ilegales.