Crisis de sobrepesca

 

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El Mediterráneo es actualmente el mar donde se practica la mayor sobreexplotación pesquera de todos los mares de Europa. La sobrepesca en esta zona empezó en los años 70, cuando la capacidad pesquera aumentó considerablemente gracias a los avances tecnológicos que permitieron a las flotas pescar más lejos, a mayor profundidad y realizar capturas con mayor facilidad. 

Las últimas estimaciones sobre la situación del Mediterráneo revelaron que más del 90% de los recursos pescados exclusivamente por los países de la UE están sobreexplotados en un nivel superior a lo que se considera sostenible (es decir, por encima de su Rendimiento Máximo Sostenible o RMS). 

Las principales poblaciones de peces del mar Mediterráneo se encuentran todavía por debajo de los niveles de biomasa sostenibles (es decir, por debajo del RMS). Además, la captura de peces se ha mantenido en niveles muy altos durante años y, como consecuencia, las principales poblaciones comerciales de demersales como el salmonete o la merluza europea, están sobreexplotadas y algunas de ellas en peligro de extinción.

En total, solo dos poblaciones de crustáceos (la gamba blanca y el langostino moruno), de la zona del mar de Liguria y de la cuenca septentrional del mar Tirreno y una pequeña población pelágica (la sardina) de la cuenca norte del mar de Alborán, se pescan en niveles sostenibles. La merluza europea, una especie comercial importante, se pesca hasta 12 veces por encima de su nivel sostenible en algunas zonas del Mediterráneo occidental, mientras que ciertas poblaciones de bacaladilla, rape negro o salmonete se pescan a niveles de unas 10 veces por encima de lo que se considera sostenible desde el punto de vista científico.

   

La alarmante situación de los recursos pesqueros del Mediterráneo es el resultado de décadas de mala gestión, de falta de información real sobre su estado y de la pesca ilegal. Los políticos han ignorado una y otra vez las recomendaciones científicas, no han aplicado las medidas existentes y no han establecido medidas de control adecuadas para los casos en los que sí se adoptaron medidas.

La UE es el principal agente pesquero en cuanto al volumen de capturas, el tamaño y la capacidad de su flota. Por tanto, depende de la UE y de sus Estados Miembros garantizar la pesca de sus recursos a niveles sostenibles, a más tardar para el 2020, tal y como establecen los objetivos de la Política Pesquera Común (PPC). Pasada esta fecha, la sobreexplotación de los recursos pesqueros dentro de la UE será ilegal. Además, la legislación medioambiental europea establece que para el 2020 los países de la UE deben garantizar mares abundantes y ecológicamente diversos que al mismo tiempo sean limpios, saludables y productivos.

Para hacer frente a las consecuencias reales de la crisis en el mar Mediterráneo, la Comisión Europea lanzó en marzo de 2017 la Declaración MedFish4Ever en Malta, que firmaron los Ministros de Pesca de todos los países de la cuenca mediterránea. Se trata de un proyecto de cooperación y desarrollo de pesca sostenible para los próximos 10 años que se centra en todos los países costeros de la región. En la práctica, este pacto político ha hecho que los países se comprometan a seguir las indicaciones científicas para garantizar la sostenibilidad de los recursos y la recuperación de las poblaciones profundamente sobreexplotadas.